Dopamina
Por: Verónica Schennel
Cuando domina el deseo las palabras sobran,
nos dejamos llevar y las acciones hablan por sí solas,
besos apasionados,
caricias que invitan a la intimidad,
tropezando con todo a nuestro alrededor,
pero el calor del momento amortigua los golpes y los vuelve placenteros.
La ropa por los aires,
cualquier lugar es perfecto: la cama, el sofá o el suelo,
se siente mucho y se piensa poco,
mi sudor se mezcla con el tuyo,
me aprietas, me levantas,
me volteas y me hablas,
tu corazón acelerado, tu voz agitada,
susurras a mi oído las más sucias palabras,
me tomas por el cabello,
nos conocemos, nos entendemos,
sabemos lo que necesitamos y lo que queremos.
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