Esa mano con la que me acaricias, es la misma con la que me golpeas esa boca con la que me insultas, es la misma con la que me besas. Mi piel fue el lienzo de tu violencia, teñiste de sangre sábanas y paredes. Hiciste de mí lo que quieres, fui tu alfombra y tu juguete pero se acabó, hoy te digo adiós.
!No, ya no más!, no pretendas ser feliz destruyendo a los demás, !No, ya no más!, ni la persona más paciente te podría soportar Devuélveme mi libertad Devuélveme mi paz y mi felicidad.
La poesía te hace más inmensa y te reivindica, mujer. Toda mi solidaridad y sororidad
ResponderBorrarGracias ivanpadillabravo@gmail.com un abrazo, y agradecida por tu solidaridad
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