Silencio
Por: Verónica Shenell
Tu silencio fue distancia que albergó a las sombras de la soledad.
Estás presente pero tu silencio te vuelve ausente, distante, invisible, sólo un fantasma que vaga en un lugar no deseado.
Tu silencio hace ruido en mi interior, las palabras mudas hieren, los suspiros en medio del silencio duelen, tus miradas perdidas en medio de tus pensamientos sordos, son látigos de indiferencia y desinterés.
No hablas pero tu silencio dice lo que tus labios callan.
El silencio es la expresión del cansancio, del aburrimiento y de la incomodidad. El silencio es castigo y rechazo que condena a quien ama y busca una solución para darle voz a esos silencios.
Tu silencio es el camino al fin,
es el inicio del adiós,
es el grito de la despedida,
es la señal de que ya no hay opciones ni oportunidades.
El silencio es la voz de quienes nos ignoran, es el golpe sutil que se siente como una bofetada en el corazón y en el alma.
Tu silencio me exprimió tanto que secó mis lágrimas, me debilitó tanto que me refugié en otras voces y adquirí la fuerza que hoy me levanta y me mantiene en pie.
Sentí tanto miedo y angustia que hoy sólo siento la inmensa paz que tanto necesité durante tus silencios.
Tu silencio me hizo alejarme sin voltear atrás, me mató en vida, me hizo pensar en tu capacidad de amar y dudar sobre mi desesperada necesidad de sentirme amada.
Cuando se acaban las palabras, se acaba toda esperanza.
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