Documentales

martes, 24 de mayo de 2022

Mujeres Desplazadas Durante las Guerras

Mujer desplazada con bebe
 Refugiada siria. Fuente: UNHCR / S. Rich / April 2013 (Flickr)

La misoginia imperante como parte de una civilización decadente

 Por: Irma Ustáriz

             A partir del (siglo IV  y VI AC.) Nuestro mundo ha sido estructurado, sobre la base de guerras eternas por las cuales ha tenido que pasar la humanidad, y en las que los  vencedores escriben la historia destruyendo a su paso territorios completos, edificando nuevas ciudades sobre los cimientos del exterminio, pillaje, ultraje, despojo y destrucción de lo que antes perteneció a otros culturas, tal como se conoce los imperios pasan por periodos de auge, caída y decadencia. Los nuevos estilos de gobierno que imponen a la sociedad contrarios a la cultura y modo de vida de sus antiguos pobladores, se ve influida por la imposición de la cultura, creencia y religión del invasor. Contraria a los principios y valores morales, espirituales y éticos que existieron en los pueblos originarios que luego se les impone adoptar la cultura o idiosincrasia de los invasores. Estos cambios de formas de ver el mundo han impactado negativamente a la humanidad y es un retroceso que conlleva al ser humano a un proceso de transformación a modo de supervivencia que lo transforma en un ser instintivo que solo vive con la urgencia de satisfacer las necesidades primarias. El deterioro de una raza se ve reflejado en la necesidad de vivir de modo animal, para la conservación de la vida; los principios fundamentales, de los seres evolucionados como la compasión, empatía, espiritualidad y generosidad características que distinguen a un ser humano en desarrollo, se pierde en detrimento de la protección y necesidades de  los seres más vulnerables.

           En la medida que sigamos considerando al planeta como un ente biocéntrico, paradigma que intenta explicar que todo lo existente en el universo está organizado en función de la vida “el universo existe porque existe la vida y no a la inversa", así como antiguamente existieron los paradigmas geocéntrico (la Tierra es el centro del universo), heliocéntrico (el Sol es el principio del universo) y antropocéntrico (el Hombre es el centro de la creación), y no cambiemos a un nuevo paradigma de un ente biopsicosocial, seguirá imperando en la tierra el modelo de la violencia, “Quizá la definición más conocida y usual de hombre es la del filósofo griego Aristóteles, la cual dice: “el hombre es un animal racional”, definición que resulta muy ilustrativa porque alude la doble naturaleza humana, por un lado, el ser humano es un animal biológico con necesidades de supervivencia, que se conduce primitivamente por los impulsos derivados del instinto y que se expresan en los actos que realizamos para conservar la vida y la salud corporal, el poder, por otro lado, como producto de la evolución y de una muy compleja organización de la materia (el cerebro humano), de la existencia biológica ha emergido, en un largo proceso de perfeccionamiento, el ser racional, la conciencia de las cosas, que es la que le otorga al individuo la dimensión propiamente humana y espiritual".

 

  

En tiempos de guerra se desdibuja la línea entre ese animal y la sombra o lado oscuro del hombre y la condición humana, el cual es un frágil barniz que recubre la naturaleza humana. Han tenido que transcurrir varios siglos, con la consecuente caída de varios imperios, y la invariable animalidad o comportamiento misógino que distingue a estos grupos despóticos que controlan por la fuerza, donde la población más susceptible han sido mujeres y niñas, como primeras víctimas de los conflictos en guerra, no solo territoriales sino también donde salen a la superficie las conductas más negativas y depravadas de los actores que en ese momento ejerce el control a través de inimaginables comportamientos psicópatas cometidos por los hombres, a través de la violencia y la tortura en el caso de las mujeres que son las  primeras en ser tomadas por la fuerza, como trofeos de guerra y símbolo, para destruir la moral de los pueblos sometidos.

        No ha existido en la historia reciente del mundo una civilización, sobre todo D.C en las guerras medievales, ni en la modernidad guerrerista que no haya dominado al resto del mundo sin tener un ejército dominante, los métodos de que disponen los altos mandos durante el conflicto aplican estrategias y tácticas de guerra ahora llamadas multiformes, no han cambiado en los métodos de aniquilación, sólo se han enfocado en crear armamentos más letales y destructivos sin reparar en los daños subsecuentes ocasionados al planeta y a la humanidad.

En retrospectiva, algunos de estos guerreros que han sido letales para ejercer el control y dominación del resto del mundo a lo largo de los años de “civilización” conocidas. No podemos ignorar los gurreros más destructivos y letales de las milicias conocidas históricamente, y es que por ejemplo los soldados de Esparta escribieron la historia de su pueblo sobre la base de batallas y de muertes a sus espaldas.

En todas ellas se cometió todo tipo de atropellos y barbaridades ejercidas por las fuerzas que tomaron el control de los territorios sometidos y expoliados. Por solo nombrar algunos como los Vikingos, los templarios, los romanos, los persas…Tácticas ejercidas en los últimos siglos por delincuentes, paramilitares y mercenarios que obligan a sus habitantes a salir de sus territorios, a huir en caravanas de la muerte y tener que abandonar  sus propiedades y tierras en las provincias y países de origen.

         La violencia intestina y la crueldad ejercida por los verdugos a todas aquellas mujeres que logran exiliarse son despojadas de todo tipo de pertenencias, identificación, propiedades y todo aquello que tenga relación con su sentido de pertenencia a su territorio e identidad para tratar de borrar su pasado histórico.

       Durante el siglo XIX y XX, las mujeres y las niñas desplazadas de lugares, como Albania, Kosobo, Afganistan, Yemen, Kenia, Irak, Sudán…Han sido víctimas no solo de violaciones de niñas menores que quedan embarazadas, algunas de ellas paren en las calles o mueren en el intento, también son mutiladas en algunos países se les amputan brazos, manos, piernas y se les corta la lengua. Las niñas son víctimas de prostitución y de enfermedades como cólera, malaria…Los varones son convertidos en soldados y a las niñas se las convierte en esclavas sexuales. Son violadas sistemáticamente, muchas veces en grupo, en ocasiones hasta la muerte.

        Este drama, de la misoginia, o el odio hacia las mujeres y niñas se manifiesta al considerar a la mujer como un objeto usado para obtener placer y para criar, y por el otro, se le resta valor como ser humano, haciendo que a los ojos de las personas misóginas la mujer solo valga a causa de sus "funciones" y no por su condición humana. La violencia, ya sea física, verbal o simbólica, es la manifestación más evidente de la misoginia es resultado del sistema patriarcal hegemónico que les concede, al colectivo de los hombres, el poder, la crueldad y control sobre las mujeres, el cual deriva en el ejercicio de la violencia de género. Es una forma de detentar el poder del androcentrismo que es la “Visión del mundo imperante y de las relaciones sociales centradas en el punto de vista masculino”.

2 comentarios:

  1. Excelente artículo muy Real ya que el salvajismo del ser humano se mantiene en crecimiento cada día es peor

    ResponderBorrar
  2. Buenos días, siempre es necesario escribir sobre estos temas, en estos tiempos distópicos que vivimos, de guerras, invasiones y otras amenazas es la mujer la más vulnerables, la que tiene que huir con sus niñas y niños, la que soporta las noticias de muerte de su esposo, compañero, hermanos y familia.Es triste.

    ResponderBorrar

Gracias por tu comentario...que tengas un excelente dia.

Anteriores Artículos