Arquetipos análogos para la mujer indómita
Por: Irma Ustáriz
A través de los tiempos inmemoriales, cuando aún no existía una figura o modelo excluyente del homosapien, ni mucho menos categorías supremacistas de un grupo sobre otro. En el planeta se establece una incipiente población como conejillos de laboratorio, estos seres aún no habían sido dotados de capacidades cognitivas. Por otra parte, las condiciones geográficas y climatológicas eran hostiles para el desarrollo de una nueva raza que tenía que medrar sobre la tierra. Este nuevo protohumano debía coexistir en cooperación, para poder avanzar como una nueva especie.
Los primeros indicios de los creadores de una nueva especie, viene dada por aquellos que bajaron del cielo, sobre la base de los bajo relieves que se encuentran tallados sobre piedras y en tablillas de barro, a estos seres interestelares se les llamó dioses y diosas de acuerdo con las evidencias que pueden observarse en las escrituras o jeroglíficos éstos seres llegaron en unas naves que actualmente se les conoce como ovnis (objetos voladores no identificados), y que aún pueden verse indicios en cuevas, monolitos y figuras talladas sobre piedra, las vestimentas, accesorios e instrumentos que portaban estos seres, se han descrito como instrumentos de medida y dispositivos tecnológicos con los que podían comunicarse con los lugares de donde provenían y aunque a estos seres se les atribuye la creación de la raza humana, se puede observar en los bajos relieves que tenían características antropomórficas, es decir, una parte semihumana y la otra de animales alados con cabezas de águila, pero eran seres muy avanzados en el conocimiento de la genética, desarrollo tecnológico, el empleo de la anti gravedad y construcción de grandes monolitos, en la creación de herramientas y aplicaciones tecnológicas que utilizaban para desplazar grandes estructuras de piedras de un lugar a otro donde debían estar de acuerdo a cálculos geocéntricos.
En tal sentido, el rol de la diosa era ayudar a la conformación y desarrollo de una raza hibrida que asumiera el trabajo en la tierra, además de enseñar a sus pares femeninas al cumplimiento de algunas tareas que serviría para el avance de las primeras civilizaciones arcaicas. En el que asumirían roles de sacerdotisas, curanderas, parteras, guerrera…No existen evidencias de que las diosas se aparearon con varones de la tierra, pero las mujeres de la tierra fueron apareadas con los ángeles caídos que se habían revelado en su planeta de origen, y enviados a la tierra para trabajar a fin de aumentar la población, pero se degeneró la raza y de ese cruce nacieron los Nefilim o seres gigantes, descendientes de los hijos de estos dioses y las mujeres nacieron hombres monstruos que fueron exterminados con el diluvio.
Mujeres valientes que aparecen en la Biblia
Una de las mujeres más valientes de esa época, fue la Reina Ester de Babilonia, salva a los judíos, Ester se conserva hasta hoy en dos formas sustancialmente distintas: un texto en hebreo (la forma más breve, considerada por la mayoría de los investigadores como original), en el banquete, Ester le contó al rey cómo Amán había conspirado para matar a los judíos y le dijo que ella también era judía. El Rey Asuero se enojó. No podía retirar el decreto, pero enseguida envió jinetes en mulas y camellos con un nuevo decreto que decía que los judíos podían defenderse en contra de cualquier persona que intentara
matarlos. Así se salvó la vida de muchos judíos.
La función esencial del oráculo no era predecir el futuro, sino proveer de sanación divina a las decisiones políticas de las ciudades Las Diosas del Oriente Medio, de Grecia, como Atenea, Delfos el Oráculo del Dios Apolo: en el relato, Layo, realizó suplicas para una próspera descendencia. "Te daré el hijo que deseas, pero está sentenciado que dejes la vida en sus manos". Así profetizó el oráculo de Delfos al padre de Edipo; el oráculo también advirtió a Edipo de que mataría a su padre y se casaría con su propia madre, de celtas, La cultura de los Druidas se circunscribe preferentemente al mundo Celta de las Galias (Celtas Continentales) y de Britania (Celtas Insulares). De acuerdo a sus funciones sacerdotales y morales en la sociedad celta, equivaldrían a los Brahmins de la sociedad hindú. Su papel era diferente al de los sacerdotes comunes, tipificados con la palabra gala gutuatri (los que hablan a los dioses), equivalente a la expresión irlandesa.
Las Guerreras, en el mundo de las mujeres guerreras estuvo, Artemisia de Caria. Hija de Lígdamis, rey de Halicarnaso y de una aristócrata cretense, Artemisia apoyó al rey persa Jerjes en su intento de conquista de Grecia durante la segunda guerra médica (480-
479 a.C.). Artemisia contribuyó a la flota persa con cinco naves, de las que estuvo al mando como generala, y participó en la batalla de Salamina. Su valor como estratega le ganó la admiración del Gran Rey persa, que al menos consultó a Artemisa en dos ocasiones antes de la crucial batalla.
Las Amazonas. Fueron una raza de mujeres guerreras que se destacaban por sus habilidades para cabalgar, así como por su coraje y orgullo, vivían en los límites exteriores del mundo conocido, a veces específicamente se menciona la ciudad de Temiscira en el mar Negro. Sólo buscaban a los hombres para el apareamiento.
Boudica. La reina de los ícenos levantó un ejército de más de 60.000 hombres contra las legiones romanas que ocupaban Britania y que la habían sometido a ella y a sus hijas a
una terrible humillación tras la muerte de su esposo, el rey Prasutago. Boudica en persona se puso al frente de sus tropas y las de los trinovantes, que se unieron a ella. Atacaron Camulodunum (la actual Colechester), pasaron a cuchillo a todos sus habitantes y demolieron la ciudad hasta los cimientos. Lo mismo pasó con Londinium (Londres) y Veralamium (St. Albans). Al final, Suetonio Paulino logró vencer a los britanos en Watling, causando una terrible mortandad. Boudica sobrevivió a la batalla, pero, no pudiendo esperar clemencia de Roma, según Tácito, se suicidó ingiriendo veneno.
Nakano Takeko. Nacida en Edo (Tokio) en 1847, Nakano Takeko era hija del oficial Nakano Genai. La joven aprendió arte, literatura y artes marciales con el maestro Akaoka Daizuke. Nakano se convirtió en una gran guerrera samurái, en una onna bugeisha. Cuando estalló la guerra civil entre el shogunato Tokugawa, al que ella servía, y las tropas imperiales, se puso al frente de un grupo de mujeres samuráis a las que ella había entrenado personalmente. Tomó parte en la batalla de Aizu, donde luchó con gran arrojo. Pero un impacto de bala en el pecho la dejó herida de muerte. Nakano entonces decidió llevar a cabo un seppuku o suicidio ritual asistida por su hermana, que le cortó la cabeza para enterrarla a los pies de un árbol en el templo Hokaiji, donde aún hoy es venerada.
Las Brujas de Salem. En siete meses fueron ejecutadas veinte personas, se arrestó a 200 y se acusó a 200 más. Cuatro años después de los juicios de Salem, los jurados firmaron una confesión de error y suplicaron clemencia. Este hecho marcó un hito de intolerancia en la historia mundial. Lo que sucedió con muchas de las acusadas de brujería fue que consumían pan con centeno lo que les provocaba epilepsias y expulsar burbujas por la boca.
Este clásico del cine de terror solo necesitó 60.000 dólares para recaudar 248 millones en la taquilla mundial y convertirse en una película de culto.
Elly Kedward (La Bruja de Blair). En 1785 fue acusada de engañar a varios niños de su pueblo para sacarles sangre. Fue expulsada del pueblo, atada a una carretilla y empujada así a los bosques, donde, se supone, murió debido al invierno. Posteriormente, Elly Kedward inspiraría la película de la Bruja de Blair.
Juana de Arco. Conocida como la Doncella de Orleans, esta joven francesa se sintió escogida por Dios para liderar a los ejércitos franceses contra Inglaterra durante la guerra de los Cien Años. En 1429, el rey de Francia Carlos VII aceptó que liderara un ejército de cinco mil hombres durante el asedio de Orleans, que se saldó con una gran victoria sobre los ingleses. Tras varios triunfos más, Juana fue hecha prisionera en Compiegne el 24 de mayo de 1430 por el duque de Borgoña. Llevada a Ruán, fue acusada de brujería por un tribunal eclesiástico y condenada a morir en la hoguera el 30 de mayo de 1431, con tan sólo 19 años.
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