La Mujer en su Rol de Productora de la vida para Generar la Muerte

Por: Irma Ustariz

        Desde que se impuso la creencia en la religión monoteísta, y surgió el poder del patriarcado con la imposición de un único Dios cruel, controlador y vengativo, “ojo por ojo y diente por diente”, se trató de exterminar completamente el politeísmo por ser considerado como un culto pagano a los antiguos dioses que dieron origen a las primeras civilizaciones o raza humana, las cuales se establecieron en Mesopotamia y Mesoamérica. 

          

         El desconocimiento de estos predecesores dio paso a una nueva cultura o dogma controlada por patriarcas en la que surge un nuevo Dios masculino llamado Yahveh, a quien se debía obediencia absoluta, la cual se imponía a través de la tortura y el asesinato de todo aquel que no obedeciera y rindiera culto a otros dioses, tal duración y cumplimiento de las leyes impuestas por este Dios, relegó a la mujer de su posición sacra a la subordinación y sumisión del poder absoluto masculino, segregada única y exclusivamente a su rol de madre como productora de vida para mantener el linaje.  Desde el inicio de la usurpación del poder absoluto impuesto por hombre, se desnaturalizó el curso de la historia, ya que desde que el varón ostenta el poder absoluto, ha sido la causa de la muerte y la destrucción de distintas culturas y civilizaciones más avanzadas hasta nuestros días.

 

        Este cambio de paradigma ha trasformado a la humanidad en una especie extremadamente violenta una civilización necrófila, donde la muerte impera como modo de vida. La muerte como estereotipo de una sociedad deshumanizada que está por encima de los valores humanos, este comportamiento necrófilo lo ha trasladado también al ámbito de la naturaleza, la cultura del siglo XX, estrictamente falo céntrica ha llevado su arrogancia a la extinción de especies, espacios naturales, la tala, la quema, desaparición de bosques, culturas y un gran biodiversidad sobre la tierra por el solo hecho de depredar las riquezas del suelo y actualmente por el exterminio de humanidad.

        Con el surgimiento de las “naciones guerreras” e imperiales la madre tierra o pacha mama, perdió relevancia y se sentaron las bases para una cultura exclusivamente misógina. Esto vino a perturbar de manera profunda la cultura y la relación del ser humano como parte del entorno, restringiendo la dualidad exclusiva que había entre la relación de las dos polaridades femenino y lo masculino. En este contexto, la mujer ha sido ancestralmente relacionada con la Tierra, por su rol como dadora de vida, y por lo tanto, con la muerte, como el retorno al regazo de donde vinimos. Entre los conocimientos que transmiten los mitos de la cultura arcaica nahua, se aprecia que el concepto de dualidad regía la realidad. El mito relata una concepción de la realidad del universo, en la que el ser humano se encuentra enraizado en su existencia sacralizada., sino más bien en el universo en que se desarrolla la vida.
 

        En la cosmogonía indígena no se toma con tanta severidad la muerte natural ni con tanta lujuria la sexualidad que es la manera como se inicia la vida y están relacionadas con la inclinación espiritual hacia la Tierra. Las dualidades están consideradas divinas y orientadoras de las diversas expresiones como intrínsecas al pensamiento indígena. Actualmente, vivimos en una civilización decadente, carente de sentido y de valores humanos los mismos patriarcas que desconocieron al maestro Jesús como el mesías, que vino a la tierra hace más de 2000 años traer un mensaje de amor, igualdad, paz y solidaridad entre los humanos, fue tergiversado por los intereses de los grupos religiosos y desconocido por otras tendencias y aniquilado por aquellos que controlaban con complacencia casi morbosa el derramar sangre de gente inocente, mujeres, hombres, niños pueblos y ciudades completos han sido destruidos por manos de mentes enfermizas o psicópatas para que no quede testimonio de la grandeza, y avances de las antiguas civilizaciones a las que se debe la mayoría de las invenciones en la ciencia, descubrimientos modernos, arquitectura, astronomía, y tecnología…

 

 This Land is Mine | from Nina Paley

 

        En la actualidad los seres humanos han involucionado, no existe en el mundo avances en la ciencia y tecnología que coloquen al ser humano de manera prioritaria términos evolutivos, los descubrimientos en ciencia,, tecnología inteligencia artificial y robótica no son usados para el desarrollo de la humanidad sino para el control de la misma, estos avances se utilizan parara el dominio de la raza humana y para nuevas formas de control y esclavitud.

        Es bien sabido que en hallazgos arqueológicos recientes, que Babilonia, la torre de Babel, vivieron grupos de distintas regiones que construyeron una torre, pero que no lograron crear una convivencia pacífica, estas civilizaciones que fueron barridas de la faz de la tierra, desde las más primitivas, con el diluvio, la destrucción de la torre de Baal hasta la Atlántida, desaparecieron por su arrogancia al creerse superior a su creador.  Durante todo el siglo XVIII, hasta nuestros días las guerras, las invasiones, el despojo de las riquezas de los pueblos y la muerte no ha dejado de ser un continuo. En estos escenarios cada vez observamos más comportamientos barbaros y crueles de deshumanización donde las primeras víctimas más vulnerables son tratados con torturas, vejaciones, violaciones maltratos son las niñas, niños y mujeres, cuando los países y pueblos son tomados por los barbaros invasores, los más indefensos son tomados como trofeos de guerra. Argumentando que son sus salvadores o los enviados por su dios, para salvarlos de sus propias creencias y culturas.

        Lamentablemente, estos hechos, son borrados de la historia y de la comunicación contemporánea, permanecen velados y admitidos como sí la barbarie y el exterminio de niñas, niños, mujeres y hombres desplazados sobre la faz de la tierra fuese un hecho natural y admitido por una civilización decadente.