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martes, 3 de enero de 2023

¿Qué es ser Mujer?

 


Por:  Irma Ustariz

        La condición de ser mujer va más allá de una construcción semántica, lo cual implica una serie de rasgos particulares que no sólo se manifiestan en su forma física, psíquica y biológica que definen al género femenino, no solo anatómicamente, porque el cuerpo de la mujer tiene senos, útero, ovarios, menstruación, estas diferencias en su anatomía, como la producción de hormonas distintas a las del varón serían características unívocas de cada elemento en categorías bien definidas entre ambos sexos en los humanos y en los animales bien diferenciados.

    En los relatos míticos relativos a los orígenes del mundo se presentan a Diosas relacionadas a la reproducción en un sentido diferente a la maternidad. Esas Diosas se relacionaban metafóricamente con la reproducción, ya que originan y permiten la producción de técnicas o saberes distintos.

    En tal sentido, tenemos  como ejemplo a las Diosas griegas: Diana Diosa de la caza, Deméter Diosa de la agricultura y Atenea Diosa de distintas técnicas como el arado, hilado y forjadora de armas y también Diosa de los filósofos y de los mil saberes.

    La forma madre-pecadora se encuentra en la figura de Eva. (Eva como “madre de todo lo viviente” génesis 3:20) representa a la mujer débil que viola el mandato divino de no comer del árbol del fruto prohibido, de la ciencia del bien y el mal. La figura de Eva de acuerdo a la tradición judeocristiana, surge como consecuencia del pecado. La mujer adquiere el nombre de Eva y se relaciona explícitamente con la maternidad a partir de que cae seducida ante la serpiente, come y da de comer a Adán.

    Eva es el símbolo de la madre, origen de las calamidades o desgracias de la humanidad. Según Tubert (1991:72): Eva ha sido descrita como la culpable por desencadenar los acontecimientos que condujeron a la expulsión del paraíso y el comienzo de una existencia humana caracterizada por el dolor, el trabajo, la alienación y la muerte.

En contraposición con la representación de la imagen pecadora de Eva, se reivindica con la imagen La Virgen María que emerge como la madre-redentora que desagravia la desobediencia de Eva, tanto en la tradición cristiana occidental como en la ortodoxia oriental. Por una virgen el mundo cayó en la desgracia, el pecado y el dolor. Por otra virgen se le da a la humanidad esperanza de redención. Si Eva representaba la muerte, la debilidad sexual y la desobediencia, María representará la vida, la virginidad y la obediencia (Tubert, 1991: 74).  Es importante señalar en este relato que una mujer viene a resarcir a otra mujer como la madre de Jesús el mesías, salvador o liberador de la humanidad. 

    Es oportuno indicar que la narrativa historiográfica no es coherente respecto a la representación o participación de las mujeres. A través de los relatos históricos encontramos a mujeres desempeñando funciones consideradas en su contexto particular como funciones masculinas. Ejemplos de ello son: Safo poeta de Lesbos quien dirigía un coro de jovencitas como era costumbre de la época; Diotima filósofa y sacerdotiza de Mantinea en el Banquete de Platón que aparece como pensadora del amor; las profetisas, las sacerdotisas y las emperatrices romanas que podían desempeñar esas funciones ya que estaban emancipadas de sus lazos tradicionales como el cuido de la familia la aparición de abadesas, místicas y teólogas a partir del siglo XI que permitió a numerosas mujeres acceder a posiciones de importancia en el seno de la cristiandad; y la aparición de figuras particulares como Juana de Arco en el Siglo XV, Lou-Andrea Salomé a finales del siglo XIX y principios del XX, y en el siglo XX Marie Curie y Luisa Capetillo entre otras.

    Los estudios históricos evidencian que no todas las mujeres desempeñan el arquetipo único de la maternidad ni de lo que ideológicamente se ha construido como exclusivo del ser mujer, pues las mujeres antes mencionadas, ya estaban emancipadas.

    En tal sentido la definición de mujer fundamentada en las funciones biopsicosociales nos permiten considerar el salto cualitativo que ocurre en el organismo biológico que claramente asume que una persona posee una identidad masculina o femenina. Por lo tanto, partiendo del supuesto de que la definición del concepto mujer determinados por las características biológicas y culturales se limita al imaginario cultural de la feminidad es pertinente. 

    Dentro de los roles de sexo que se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres. La menstruación, el embarazo, la lactancia y la eyaculación seminal son la pauta que permite distinguir biológicamente a los hombres de las mujeres.

    No obstante, a esta categorización la psicología trata a la mujer como constructo o idea de un signo lingüístico y no como un concepto propio de la disciplina. Por lo tanto la pregunta de ¿Qué es ser mujer? nos permite cuestionar la constitución de los sujetos sexuados diferentes. 





    Por lo tanto, lo que cuestionamos cómo la certidumbre del signo mujer en la psicología perpetúa la maternidad como destino y no como elección, el control del orden social a través de la reproducción de la matriz heterosexual, la patologización de otras sexualidades y la clasificación de las conductas propias para cada anatomía nos permite cuestionar acerca de  ¿Qué papel juega la certeza del signo en la reproducción del orden social?, ¿Puede el término mujer ser considerado objeto de estudio en la psicología? Si lo es, ¿Por qué el signo mujer en la psicología refleja la realidad sin explicarla?, ¿Cómo se asume subjetivamente un sujeto que se le identifica cómo hombre o como mujer, varón o hembra?, ¿Podria la psicología contestar tal interrogante?.



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