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martes, 26 de abril de 2022

El Retorno del Mito Femenino

 
Diosa con destellos dorados de luz  

La Diosa Madre


Por:  Irma Ustáriz

 
        Con la aparición de las primeras civilizaciones conocidas hace 6.000 años A.C, los primeros pobladores de la tierra se conocen como seres que llegaron de otros planetas o extraterrestres, estos creadores de la raza humana eran considerados como Dioses y Diosas que venían del cielo, una especie conocida como los Anunakis, se ven en las piedras talladas y tienen un aspecto reptiliano, o antropomórfico que provenían de un planeta llamado Nibirus. 
 
        En el mito de Atrahasis se afirma que, antes de la creación del ser humano, los Dioses tenían que trabajar para vivir.  Entonces, los anunnas lograron que una categoría de Dioses inferiores, los igigis, trabajaran para ellos, hasta que se rebelaron y se negaron a seguir trabajando, entonces los dioses decidieron exterminarlos. Así, Enki creó a la humanidad para que esta asumiera la responsabilidad de realizar las tareas que los Igigis habían abandonado, y a través del "culto" suministrarían el alimento y oro a los dioses. La religión sumeria se refiere a la mitología, panteón, cosmología y ritos de la civilización sumeria.  La religión sumeria repercutió en toda la mitología mesopotámica, sobreviviendo en las sendas de las mitologías y religiones de los acadios, babilonios, asirios y otros grupos culturales. 
 
        Estas civilizaciones tenían creencias politeístas, como se evidencia en sus panteones, las Diosas se unieron a los sacerdotes, para dar origen a la raza humana, en ninguna de las evidencias halladas por los arqueólogos no se observa de que existiera una diferencia entre la figura femenina y la figura de la Diosa, al contrario, la participación de la mujer se verifica en la formación de estas civilizaciones avanzadas, las Diosas fueron veneradas dentro de la sociedad, ayudaron a mejorar los rasgos de la especie humana, las Diosas también ocuparon roles importantes como consejeras, participarón en los asuntos políticos y administrativos, hicierón aportes en el arte, la ciencia y la escritura, estos aportes se revelan en las tablillas cuneiformes escritas que todavía pueden verse en los museos. Asimismo, se encuentran rasgos arqueológicos, que en otros tiempos existió la figura del matriarcado.
 
        La filosofía clásica, como en el caso presente en la historia de occidente, no consideró los grandes aportes de la civilización oriental, hace tiempo que la filosofía occidental corre el peligro de tornarse “provinciana”, primero; por aislarse celosamente en su propia tradición dogmática e ignorar por ejemplo los problemas, las soluciones y aportes de la humanidad en las civilizaciones históricas, que realizaron grandes aportes en filosofía, matemáticas, medicina, astronomía, la escritura…sin considerar la experiencia del hombre “primitivo”, o descubrimientos que han servido al avance de la medicina, ciencia y la tecnología de otras gracias a los aportes de civilizaciones que conocían como funcionaba el universo se empeñan en mantener un enfoque cerrado y arrogante en cuanto a los aportes y evolución de las sociedades más antiguas.
 
        En tal sentido, con la desaparición de las creencias politeístas, se transfigura la importancia de la mujer en el desarrollo de la humanidad, a partir de ese momento surgen nuevas creencias que dejan atrás la paridad divina del politeísmo, para imponer las nuevas religiones o dogma monoteísta que impone la religión judeo cristiana que atribuye a Yaveh, la capacidad generadora que tenía la Diosa, es decir, dar vida, y la mujer es relegada por este el primer Dios que se atribuye el poder femenino, para cederlo a la religión monoteísta. 
 
 
          A partir de ese momento se presenta una confusión o problema existencial, ya que el poder creador de la mujer debe ser ocultado y manipulado  a través de la tortura y el asesinato o exterminio  de las mujeres por el solo hecho de ser dadoras de vida, lo cual no puede ser igualado por ningún varón sobre la faz de la tierra, pues aunque hallan trascurrido 2.000 años D.C de la imposición de un patriarcado no se ha conocido el parto de  ningún hombre por más que sea considerado un Dios.
 
        El judaísmo es la primera religión monoteísta que atribuye a Yavéh la capacidad generadora de la Diosa de (crear y dar vida) al padre, siendo éste el primer Dios que asume el rol del poder femenino de traer hijos al mundo, y aunque se le atribuyó un sexo andrógino para poder imponer el patriarcado, hasta el momento no ha sido posible. Las religiones monoteístas ponían el poder en un Ente todo poderoso y omnipresente. Al que se le dio este único rol de Dios de forma andrógina, lo cual vino a imponer la idea de la supremacía del hombre sobre la mujer.
 
        En la antigua Mesopotamia cuna de la civilización, los ritos matrimoniales tenían también un modelo divino y el casamiento humano reproduce la hierogamia, o unión sexual entre divinidades, particularmente la unión entre el cielo y la tierra, el casado y la casada se asemeja al cielo y la tierra, la sexualidad era un acto religioso. La Diosa Isthar, una de las Diosas más importantes para el pueblo sumerio, representaba el sexo, la fertilidad y el amor. Su culto podría haber implicado rituales sexuales en los templos erigidos en su honor.
 
        En un proceso que llevó miles de años, las culturas paganas y politeístas comenzaron a dar más importancia a Dioses belicosos y masculinos que desplazaron a la Gran Diosa. En la cuna de las civilizaciones se pensaba que si la vagina era la “puerta de salida” a este mundo, también era la puerta de entrada para volver al infinito y a través del acto sexual, tanto hombres como mujeres alcanzaban la trascendencia y creaban puentes con la Diosa...

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