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martes, 16 de abril de 2024

Artículo de la Semana

 

   ACTIVIDAD CEREBRAL 

DURANTE LA ORACIÓN

 

Por: Irma Ustáriz
 

Cuando tenemos claro el significado y propósito de quienes somos y qué queremos,  nuestra vida se dirige a la consecución de todo aquello que anhelamos, la fe es la convicción que nos permite avanzar hacía el objetivo de lo queremos materializar.

            El positivismo o materialismo,  como corriente de pensamiento se cimentó en la duda de todo aquello que no se podía ver o ser comprobado con el razonamiento científico fundamentado en la observación, experimentación, demostración y síntesis si no cumplía con esos supuestos no era aceptado por la corriente de pensamiento materialista. Esta teoría pasó a ser la más aceptada dentro de los estándares de la ciencia y filosofía desde el Siglo XIX.

No obstante, después de los avances en el estudio del cerebro, la neurociencia y los medios tecnológicos comprobaron que aquellas teorías que los objetos o procesos que no se pueden ver ni tocar no tienen validez científica, como son la fe, los milagros de sanación, el pensamiento y las emociones actualmente, pueden ser observados a través de escáneres del cerebro, durante estos procesos estudiados, captados y localizados en algunas áreas específicas del cerebro.

En tal sentido, la psicóloga Talitas Rodríguez,  explica que uno de los principales descubrimientos de la neurociencia es que la fe está relacionada con áreas específicas del cerebro. Los estudios de neuroimagen muestran que cuando las personas se involucran en prácticas de fe (como la oración, por ejemplo), se activan áreas del cerebro asociadas con la emoción, la cognición y la percepción.

Esto sugiere que la fe puede verse como una forma de actividad cerebral, una actividad que puede ser rastreada y estudiada científicamente. Los estudios de neuroimagen muestran que cuando las personas se involucran en prácticas de fe (como la oración, por ejemplo), se activan áreas del cerebro asociadas con la emoción, la cognición y la percepción. Esto sugiere que la fe puede verse como una forma de actividad cerebral, la cual a puede ser rastreada y estudiada científicamente.

 La escritora AMY C. SCHER en su  obra Cómo Sanarte Cuando Nadie más Puede Hacerlo, señala que  el sistema de energía está en el núcleo del funcionamiento de nuestros cerebros, en cómo nuestros músculos y nervios reciben mensajes del cerebro y cómo nuestros estados de ánimo y pensamientos influyen en nuestras vidas. Quizá estés familiarizado con el concepto de energía en el cuerpo gracias al uso de electroencefalogramas para medir ondas cerebrales, electrocardiogramas para medir la actividad eléctrica del corazón y otras herramientas médicas de diagnóstico. Gran parte de la energía del cuerpo puede medirse con facilidad con herramientas como éstas, mientras que cierta parte de la energía, normalmente definida como “sutil”, aún no se puede detectar con estas herramientas. Algunos tipos de energías sutiles incluyen energía electromagnética, vibraciones magnéticas y campos biomagnéticos. La energía sutil es algo que curanderos y personas sensibles a la energía han observado y sentido por miles de años.

 

https://es.aleteia.org/2023/05/04/el-papel-de-la-fe-segun-la-neurociencia/

 

 


 

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