Por: Irma Ustáriz
La sociedad prehistórica era bastante igualitaria en cuanto al reparto de tareas entre hombres y mujeres. En el Paleolítico, las mujeres se dedicaban a la caza, la pesca y recolección, también tenían un papel activo en todos los ámbitos de la vida; compartían con los hombres todo tipo de trabajos.
La
única forma de relacionar la naturaleza femenina, era con la naturaleza salvaje
y los animales; desde los orígenes, las mujeres siempre participaron en la
comunidad, pero se les negó o invisibilizó su derecho a ser reconocidas en la
historia. La participación femenina, era
lo extraño, lo anecdótico, en tanto la representación masculina en comparación de
la narrativa no hay que explicarlo, la mujer ha sido desplazada desde lo
simbólico y subordinada. La ignorancia de su misma historia de luchas y logros
ha sido una de las principales formas de mantenerlas supeditadas.
La sociedad prehistórica era bastante igualitaria en cuanto al reparto de tareas entre hombres y mujeres. La mujer en la prehistoria ocupó roles dentro de la sociedad conformada durante ese período, ya que para ese momento no existían las relaciones de dominio de poder. En la actualidad ha sido necesario el hallazgo de la huella de una mujer para “evidenciar” que las mujeres participaban en el arte rupestre. Ha sido necesario encontrar ajuares funerarios de mujeres compuestos por armas para “demostrar” que cazaban.
La
investigadora Margarita Sánchez Romero del Departamento de Prehistoria y
Arqueología de la Universidad de Granada (UGR), en su ponencia “Las Mujeres y
la Prehistoria”, analiza cómo se han utilizado las sociedades prehistóricas
para generar estereotipos sobre las mujeres, los hombres y sus relaciones.
Defiende que, desde la investigación comprometida y de excelencia, es posible
utilizar nuevas aproximaciones teóricas y metodológicas que tengan en cuenta
otras experiencias, conocimientos, trabajos y cultura material de las
comunidades del pasado para generar discursos más inclusivos.
El conocimiento y quehacer humano registrado a lo largo de nuestra historia no ha sido neutral en términos de género puesto que sólo ha incluido la experiencia y la mirada de uno de los géneros: el masculino. Entender que género no es lo mismo que sexo es fácil pero lo que no es tan fácil es hacer una distinción tajante entre uno y otro concepto porque ambos se significan mutuamente. Tenían la creencia o pensamiento de ese momento en el que se establecía como deidad suprema a la propia tierra en la forma de una mujer que da vida a todo.
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